Llegar a buen puerto

Muchos son los libros sobre emprendimiento: cómo crear tu empresa, monta tu negocio, sepas cómo vender, lánzate y no tengas miedo… También son muchos los autores que te dicen cómo montar tu negocio en 10 pasos cuando la mayoría nunca dió el primer paso. Nos van a decir que un entrenador de un equipo de natación no tiene porque saber nadar. En teoría sí.

No se emprende como quien se tira a la piscina, partiendo de una idea, lanzándose sin más por si hay suerte. Son pasos, y no se trata de subir escalones de dos en dos. Primero, se debe ir bajando paso a paso, y cuando tengamos reunidas las condiciones, cruzamos el puente e iniciamos el camino, con un rumbo marcado.

En estos momentos difíciles, sopla fuerte el viento, y tenemos que estar pendientes de muchos factores: viento aparente, viento real, su orientación y su fuerza, rachas inadvertidas, corrientes, mar de fondo, altura y forma de las olas, que en ocasiones nos cuesta divisar el horizonte.

Cuando tenemos el viento en contra, no se le puede directamente hacer frente para mantener nuestro rumbo (salvo con un potente motor). Ese rumbo lo marca un ángulo de más o menos 45º con respecto al viento. Si se abre más el rumbo, se escora menos, pero tardaremos más para llegar al objetivo.

El único momento en el que debemos aproar nuestro emprendimiento, posicionándonos justo frente al viento (la embarcación frena en seco), es cuando tenemos que izar o recoger velas. Recogerlas del todo o coger un rizo, o dos, o tres, para ralentir. Un concepto interesante, ya que cuando sopla fuerte, por seguridad y para no desviarse demasiado del rumbo marcado, aunque se reduzca velocidad, arriamos (bajamos) «tramos» del velamen.

Frente a lo grande (vamos a ganar 100.000 en poco tiempo), y frente a lo rápido (de 0 a 100 con más motores), es necesario desarrollar proyectos de moderada entropía. En cualquier proceso, siempre se va una cantidad de energía fuera de la frontera del sistema, una tendencia natural a la pérdida de orden, lo que llamamos entropía.

Si tienes la intención de emprender un negocio, pivotar el que tienes, o reordenar los elementos que componen tu modelo de negocio, súbete a bordo con nosotros. Nos situaremos en medio de la ría de Betanzos y Ares. Verás que los referentes no son los mismos ni los que te dijeron que tenían que ser. Los que verás serán los tuyos, detrás el punto de partida, con un mercado a babor, otro a estribor, el horizonte delante, y un rumbo por ajustar, que, en un contexto cambiante como el actual, estamos obligados a aceptar y controlar distintas variables, navegando con la certeza de las nuevas incertidumbres que nos presente el futuro.