Diseño para todos: según la ley (51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal), es la actividad por la que se concibe o proyecta, desde el origen, y siempre que ello sea posible, entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, dispositivos o herramientas, de tal forma que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor extensión posible. Aunque ciertamente son muchas las iniciativas y buenas prácticas, ¿por qué está tardando para que llegue ese principio a las actividades náuticas?
Sabemos que la accesibilidad 100% no es factible, pero sí posible. Sólo con plantear que ante un imposible -y son muchos, la mayor parte de las veces en las mentes, lo que coarta numerosas iniciativas- siempre existen «posibles».
Pensamos que el punto de partida es en general erróneo. Loamos los esfuerzos que se están realizando por ejemplo con adaptaciones para hacer puertos cada vez más accesibles, pero se están llevando a cabo acciones que se limitan a la mejora de la accesibilidad, pero son muchas las barreras arquitectónicas, de comunicación o actitudinales que persisten por no diseñar desde el origen para todas las personas.
Permitir el acceso a las actividades náuticas como reconocimiento de los derechos iguales e inalienables de todas las personas, reafirmando la universalidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos y libertades fundamentales, garantizando que los ejerzan plenamente y sin discriminación.
Para ello nos ayudó mucho a cruzar puentes Daniel de Sons de Breogan, colaborador y amigo, diseñador de parte de esta web. Cada embarcación es un laboratorio, e innovando cada día, con rumbos distintos, en función del viento, mareas y corrientes, lo estamos consiguiendo para que todas las personas puedan tocar el horizonte.
Para más información entra en www.a-02velas.eu